Yo sigo con el día 5, para no liar al lector.
Me quedé en que comimos y nos despedíamos de Paco, Beni, Roger y Pedro. Una putada supina, era la materialización de algo que nos rondaba la cabeza desde que empezó el viaje, ese coche no iba bien. En todos nuestros vídeos se nos puede oír a mi copi y yo hablar continuamente del problema y de la posible solución. Hicimos un brainstorming sobre todo lo que podría afectar a la temperatura del coche, revisamos todo lo revisable e intentamos todo lo que no se había hecho hasta ahora. Se sopesó camiar el termostato el cual había ya sido revisado, pero resultó que el repuesto que llevaba Paco no era de ese coche. Cambiamos los tapones del vaso de expansión se cambió la ECU, incluso finalmente en Nouakchot le taladraron el viscoso para fijarlo, y eso que era nuevo, y no valió de nada mas que para que de vuelta se destrozará el viscoso y tuviese Paco que buscar uno de fortuna.
Total, que comemos juntos, besos y abrazos y tres coches para el Este y dos para el Oeste. Tanto a unos como a otros nos esperaban nuevos y no leves contratiempos. Roger y Paco vuelven a Chinguetti, estábamos a un 1km del pueblo, y allí toman la pista hasta Atar. Está hecha caldo llena de ondule y agujeros. Bajando el puerto este que es la leche, termina un trozo de hormigón y cuando Paco pisa pista levanta mucho polvo, Roger que viene detrás se queda sin visibilidad, y atomarporculolabicilceta, se sale por la derecha y se mete en un zanjote que hace volar el 110 de Roger con sus 3.000kg y pico de kilos incluidos. Destroza una llanta y arranca medio eje delantero. Afortunadamente es un defender, solo ha roto los pivotes, y como Roger tampoco sabe muy bien para que sirven los pivotes, se va hasta Nouakchot rellenando el aceite que perdía por la bola, jos que no ven corazón que no sienten, hihi.
Por nuestra parte, tomamos rumbo a Oudane por el Oued que rápidamente se convierte en hamada de arena. Es una auténtica pasada, es imperdonable ir de Chingueti a Oudane por la pista, una mierda peor todavía que la de Atar, y no hacer la travesía por la arena.
El oued termina en una pista ratonera de arena de lo mas divertido que puede haber. Hay que ir fuerte para no quedarte pillado, pero el efecto Scalextric es brutal, la pista te lleva donde quiera hasta que de repente te expulsa de la rodada normalmente contra un pelo de camello que puede partir el coche en dos, emoción constante.
Rápidamente el paisaje se abre y se convierte en una hamada de arena fina y roja, inmensa que te permite ir por donde quieras, una maravilla.
Conforme te vas acercando a Oudane la arena se hace mas fina, limpia y fácil de circular.
La llegada a Oudane es impresinante. Empiezas a ver la antena de telefonía y cuando coronas la ladera, ves al fondo el palmeral y la kashba antigua abandonada de obligada visita, nosotros ya lo hicimos el año pasado.
En Oudane ya nos sentimos como en casa, tenemos hasta conocidos, por eso Ruben ha sacado en papel un foto que hizo a su amigo el panadero el año pasado y tenemos intención de dársela por sorpresa con el fin de que el hombre rompa a llorar de emoción y tal vez monte algún tipo de fiesta o celebración. Previo a esto nos acercamos los tres coches a echar gasoil a la gasolinera. En Oudane hay gasolinera estable y gasolinera de garrafoil que está en las afueras en la lista de Chinguetti. Por fortuna este año la gasolinera tiene gasoil!. Me atiende un chico joven, pero atentos están dos personas bien vestidas con aspecto de ser los jefes. El chico descuelga la manguera y empieza a echar mientras que veo que los número no se mueven, y pensé que no estaba saliendo gasoil, pero si que salia. El jefe le da una voz al chico y le obliga a volver a colgar y descolgar, ya marca y me entran 18 litros solo!. Luego va Rubén, la misma operación, el niño descuelga empieza a echar y eso que no marca, ya en cero coma el jefe le vuelve a dar una voz pero con ganas de darle un tozolón, y el chaval resetea el sistema para que marque, en total le entran 24 litros!. Llega Julio, y otra vez lo mismo, y al toyota el entran creo recordar que unos 22 litros. A todo esto yo estoy discutiendo con medio pueblo a cerca de las vueltas de oubiyas que me tienen que dar. Yo que soy de ciencias no me dejo liar, me quería dar de menos, pero era todo el pueblo contra mi, y yo tenía razón, estoy convencido de que no me querían engañar, es que todavía se lían con las oubiya nuevas y viejas, y me querían dar 10 veces menos vuelta de la debida. Ante la imposibilidad de convencer al pueblo entero que discutía contra mi, yo a todo esto con mi francés de primero de EGB, decido resetaar de nuevo el sistema, le pido los billetes que le dí al tipo, y rebusco en mi cartera y le doy la cantidad exacta de dinero, a lo que todo el pueblo asiente y dice que correcto, todo solucionado.
Cuando se ha "desfacido el entuerto", llamo a Sergio, que él si que habla francés y le digo que le diga al jefe que le voy a dar 100 oubyllas nuevas de mas ya que he visto que el chaval me ha echado gasoil sin que contara el surtidor. La masa allí presente toma este hecho como una acto de reconciliación y tanto el jefe de la estación de servicio como las fuerzas vivas de la ciudad deciden acompañarnos a todo lo que nos haga falta. Digamos que estaba el gasolinero, el boticario, el alcalde y el guardia civil, solo faltaba el cura que por la hora que era debía estar en misa.
Cuando he dicho que a uno le entraron 24 litros, al otro 22 a mi 18, pero mis 18 debían ser como otros 20 o 22, lo digo por algo. Desde Oudane hasta Oulata teníamos 903km de travesia de puro desierto 100% arena sin posibilidad alguna de repostar, y encima en Oulata no era seguro encontrar gasoil, lo que suponía otros 100km mas hasta Nema. Cada uno cargaba con 220 litros de gasoil, y yo el cálculo lo había hecho para un cosumo máximo de 20 litros a los 100km y una media total de 18 litros / 100km: Y una mierda como un piano de grande era ese cálculo, desde Chinguetti a Oudane habíamos andado 103km de arena sin dificultad y alguno se había tragado 24 litros!, esos son 24 litros a los 100km, que supone una autonomía de real de 900km. La realidad siempre supera a la ficción y sabemos que nunca se hacen los km proyectados, entre pallas pacas buscando pistas, atrancos varios y "espera que voy a ver si encuentro leña", otros 100km de ruta no te los quita nadie. Total, que no llegamos a Oulata ni "jarto vino". En ese momento la máquina de pensar se activa en mi cabeza y empiezo a buscar alternativas mientras que Rubén va a buscar a su amigo el panadero para darle la foto.
Como Rubén está ya muy mayor y no recuerda las cosas, se recorre medio pueblo buscando la panadería, y encuentra una pero esa no es. Rafa y Julio hacen turismo interior por la ciudad. Total, que Rubén le enseña la foto al gasolinero y éste dice "leches!, si este es muy amigo mío!" y nos lleva a la panadería correcta. Allí estaba el panadero, sentado en un pollete con sus amigos, entramos en la panadería, y ya dentro Rubén decide darle la foto a su amigo. Este coge la foto como si fuese una notificación de hacienda para hacerte una paralela, la mira la remira, y pasa de ella como de comerse una mierda, hihihi. Parco en palabras y gestos, hihihi. nos vamos sin lágrimas, sin fiesta y sin pan, pero de nuevo el gasolinero nos lleva a la otra panadería donde compramos unas ricas barras recién hechas.
No despedimos de todos, les decimos que para el año que viene las fotos se las hacen ellos en un fotomatón, y ponemos rumbo Oeste al infinito. Todo es arena y mas arena desde Oudane hasta la carretera de la esperanza a 1.000km al sur, no hay escapatorio, es una maravilla.
El sol empieza caer y tenemso que darnos prisa para encontrar un buen sitio donde acampar.
Llegamos a una zona vallada, hay muchas vallas en Mauritania para el ganado, la bordeamos en vez de meternos por dentro, es lo que se debe hacer, y seguimos pisando arena y mas arena hasta llegar mas o menos a la altura de la entrada al crater Richart. Allí paramos a cortar unos árboles secos para el fuego de campamento, cargamos leña en el techo de mi coche y ponemos rumbo sur al lugar de acampada.
Todo es así:
Una maravilla. La acampada fue casi perfecta de no haber sido por la presencia de un millón y medio de especies diferentes de insectos que nos invadieron en cuanto acampamos. Sobre todo cabe destacar la plaga de bichos de estos:
En España lo llamamos zapateros. Por la mañana había que quitarlos a paladas de encima de todas partes. Pasamos una noche estupenda, tal vez la última gran noche antes de empezar a reventar las mecánicas.